En esta distribución, los espacios siguen un orden respecto a un centro, unificando los espacios contiguos en un conjunto funcional. Algunos ejemplos son el patio central o el vestíbulo central.
Los espacios organizados en esta configuración se relacionan mediante circulaciones lineales en orden jerárquico, siempre permitiendo un flujo optimo entre espacios. Algunos ejemplos son pasillos o edificios departamentales.
La distribución radial une elementos de la distribución central y lineal, en donde los espacios mantienen un flujo hacia un punto central principal. Algunos ejemplos son teatros o auditorios.
En esta organización, los espacios se agrupan según su tipología o características en común, estos cuentan con un flujo acorde a la funcionalidad de los espacios en el conjunto. Algunos ejemplos son complejos deportivos o museos.
En una distribución ortogonal, los espacios se organizan acorde a una retícula perpendicular. En esta organización se tiene por objetivo que los espacios siempre tengan acceso al flujo general. Algunos ejemplos son complejos residenciales.