Este proyecto de ampliación en segundo nivel de vivienda unifamiliar se realizó en el municipio de Nuevo Parangaricutiro, Michoacán, y debía satisfacer las necesidades básicas de una familia de 5 integrantes. Al analizar sus actividades y los espacios preexistentes, se determinó el siguiente programa arquitectónico:
1 - Sala de TV.
1 - Terraza.
1 - Recámara.
1 - Baño completo.
1 - Vestidor.
1 - Área de servicio.
1 - Piscina.
Para la terraza se diseñó un techado a tres aguas utilizando una estructura de madera y teja asfáltica, con espacios abiertos que permiten apreciar el paisaje natural de los alrededores. Además, para integrar visualmente la terraza con el campo exterior, se eligieron materiales naturales.
La sala de estar se ligó al área de terraza mediante puertas de cristal corredizas para crear un espacio social conjunto. Así mismo, se logra un espacio semiabierto.
El mobiliario propuesto contempla el acomodo de varios usuarios que puedan asistir a reuniones sociales. Las tonalidades de los muebles se eligieron en colores neutros, de modo que se integren con el mobiliario contiguo de la terraza.
En la habitación principal, se colocó madera en el muro trasero de la cama, junto con mobiliario en tonos de madera que se integran a los colores neutros de los acabados.
El mobiliario diseñado para la habitación principal se propuso en madera de tonos medios, integrando patrones verticales y módulos ortogonales para optimizar el espacio.
El baño de la recamara principal se ubicó en un espacio construido previamente, donde la altura fue una prioridad al diseñar el espacio, ya que este cuenta con dimensiones reducidas. Se propusieron acabados en colores claros para dar luna percepción de amplitud al ser un espacio mínimo.
El mobiliario utilizado se integró en formas semiortigonales, las cuales permiten integrarse al diseño del espacio y a las texturas con patrón ortogonal.
Las fachadas se diseñaron conforme a la imagen estética de la construcción prexistente, que cuenta con molduras, ventanas arqueadas y materiales naturales. Para el área de terraza, se propusieron barandas de cristal que no interrumpen la visibilidad hacia el campo natural exterior.
La volumetría propuesta responde a la disposición espacial preexistente. Así mismo, la piscina se diseñó adaptándose a la pendiente natural del terreno, con acabados en materiales naturales para integrarse al entorno.